sábado, 31 de mayo de 2014

Botellas de vino decoradas de mesero para numerar la mesa

Los meseros no solo sirven para que los invitados sepan dónde sentarse, sino que también son un detalle bonito y muy original. Hoy enseñamos a hacer meseros con botellas de vino. Tome nota y dale un toque personal a vuestra boda!



Para que sus invitados puedan distinguir su mesa con facilidad solemos numerarlas, ponerles algún nombre según la temática de nuestra boda, o incluso poner alguna foto. Pero tan importante como el número o el nombre es el mesero que lo sujeta. Por eso, hoy traemos una manualidad muy sencilla para que realicéis nuestros meseros con botellas de vino.

Para ello necesitaremos el siguiente matrial:

  • Cúter
  • Cartulina
  • El número, nombre o foto que quieras poner
  • Cinta encaje
  • Pegamento de barra
  • Una botella de vino




Pasos:

Lo primero que debe hacer es pegar el número de la mesa a la cartulina que haya escogido.



Con el cúter, hacer una ranura en e corcho de la botella de manera que pueda sujetar ahí la tarjeta que acaba de hacer y tapar la botella con el corcho.



A continuación decore la botella de vino envolviéndola con cinta de encaje



Listo.... ya










lunes, 26 de mayo de 2014

Términos de cata

Los siguientes términos son de uso común, y la mayoría se autodefinen claramente.

Aceitoso:  Algunas cepas dan un carácter aceitoso en la boca; la Gewúrztraminer es una de ellas. y la Viognier otra; la Sauternes también puede tener una textura rica y ligeramente aceitosa, pero en otros casos no suele ser un signo de calidad.
Acerado: Un carácter vigoroso y firme difícil de describir, habitualmente relacionado con un ácido bastante alto, que se encuentra en el Chablis y en algunos otros vinos franceses jóvenes de buena calidad.
Agresivo: Se dice del vino joven o más añejo que no se ha suavizado como debería.
Aguado: Débil, caldoso, flojo.
Agudo, anguloso: Un sabor agudo y áspero que puede no necesitar más que tiempo para ablandarse; se trata sobre todo de blancos.
Amargo:  Irremediablemente ácido o avinagrado.
Aromático: Muchos aromas y sabores; con frecuencia se trata de las variedades de uvas aromáticas.
Áspero: Demasiado tanino.
Astringente: Con tanino que "arruga" la boca.
Aterciopelado: Parecido al sedoso, pero más rico.
Austero: Más bien duro y avaro; tal vez porque el vino sea demasiado joven.
Avanzado: Más maduro de lo que cabría esperar.
Basto: Simplemente áspero; por lo tanto, tiene que ser barato.
Blando: Algunas veces es sinónimo de suave, pero se refiere en general a los sabores melosos y dulces, más que a la textura.
Caliente: Alcohol alto, no equilibrado; habitualmente en vinos de climas cálidos.
Carnoso: De sabores ricos, vino con mucho cuerpo; a veces sabe literalmente a carne.
Cocido: Como si el vino o las uvas hubieran sido horneados al sol; hay, por lo tanto, una carencia de frescura.
Correoso: Vino delgado y corriente.
Corto: Sin resabio; puede tratarse de un vino de alta calidad.
Cremoso: Los vinos de calidad, especialmente el champaña, pueden desarrollar una riqueza cremosa, que es mitad sabor y mitad textura.
Delgado: Carente de sabor y de cuerpo.
Delicado: Alta calidad; autodefinido.
Denso: De color sólido y/o sólidamente equipado con sabor; habitualmente positivo.
Duro: Demasiado tanino o ácido; pero puede ser una cuestión de juventud y tiempo.
Elegante: Autodefinido y muy empleado.
Estofado: Sabores bastos y cocinados, producto de cepas demasiado maduradas o de una fermentación demasiado caliente.
Estructura: En el caso de una estructura buena y firme o una estructura pobre y frágil; el equilibrio y la fuerza de los componentes básicos, es decir, el ácido, el tanino, la fruta, el alcohol y, tal vez, el azúcar.
Firme: Bueno en tanino y/o en ácido.
Flexible: Redondo y suave.
Fofo: Falta de acidez.
Fragante: Atractivo, habitualmente floral.
Garra: Un vino joven con garra tiene el tanino y/o el ácido potencial para desarrollarse.
Graciento: Con mucho cuerpo y alto de glicerina; tal vez dulce.
Herbáceo o herboso: Reminiscencias de hierba, césped y hojas.
Hueco: Vino que tiene un sabor inicial y uno final, pero con una decepcionante falta de sabores entre uno y otro.
Largo: Vino cuyo sabor perdura; una característica muy positiva.
Madera: Olor a barril viejo y sucio en lugar de a uno limpio y joven.
Magro: Carencia de diversidad de sabores.
Mermelada: Sabores a confitura más que a frutas frescas; de climas cálidos.
Neutro: Corto en aroma y sabor; muy común entre los blancos secos baratos.
Oloroso: Fragante, perfumado, con frecuencia floral.
Penetrante: Aromas y sabores intensos.
Perfumado: Fragante, oloroso, a menudo floral.
Pesado: Con mucho cuerpo y alcohólico; usado en general para indicar un equilibrio imperfecto, aunque no en vinos vigorosos.
Plano: Sin frescura ni ácido.
Redondo: Sin extremos duros; listo para beber.
Rico: Con intensidad y amplitud de sabor.
Robusto: Vino con cuerpo, vigoroso, habitualmente tinto.
Sabroso: Un resabio vivaz, en vinos blancos, Jerez y Madeira; fresco, vigoroso y vivaz; habitualmente vino blanco joven.
Saciador: Vino con una deliciosa riqueza de textura y sabores que llenan toda la boca.
Sangriento: Con sabores generosos; redondo, sin contornos.
Sedoso: Textura suave; alta calidad.
Sidral: Hormiguero en la lengua de dióxido de carbono en blancos jóvenes con mucho cuerpo.
Simple: Vino sano y bebible sin gran distinción.
Sólido: Lleno de sustancia, habitualmente con mucho cuerpo.
Suave: Se aplica a la textura; no se encuentra tanino o ácido por el camino.
Tallo: Aroma amargo y sabor a tallos y cañas.
Ternera: Un olor a tierra, a grava, mineral, que parece venir directamente de la tierra, por ejemplo en los Graves finos, así como en vinos más rústicos.
Vegetal: Sabor a coles, más que a hojas y hierbas; frecuente en los Borgoña maduros, tanto blancos como tintos.
Verde: Joven y crudo;  se puede desarrollar o, simplemente, las uvas tal vez no estaban maduras.
Vigoroso: Fresco y muy refrescante; sobre todo blancos.








jueves, 8 de mayo de 2014

¡Atención! El vino tinto tiene los mismos beneficios que el ejercicio físico

Vino Tinto

 

Un equipo de investigadores de la Universidad de Alberta en Canadá, descubrieron que el consumo del vino tinto, al igual que el ejercicio, mejora el funcionamiento de nuestro organismo.


El resveratrol, un compuesto natural que está presente en el vino tinto, las nueces y en algunas frutas como la uva, es el responsable del mejoramiento de nuestras funciones cardíacas, musculares y óseas, teniendo un efecto idéntico del que se logra haciendo ejercicio.



Este descubrimiento llevado a cabo por el investigador Jason Dyck junto con un equipo de la Universidad Alberta de Canadá, prueba que el consumo moderado y constante de vino tinto ayuda a mejorar las funciones de nuestro organismo a todo nivel e incluso nuestro desempeño físico, de la misma manera que "intensos entrenamientos de resistencia", afirma Dyck.

Durante la investigación se comprobó que este antioxidante tuvo positivos efectos en la salud de algunos ratones de laboratorio, por lo que ya están planificando probar el efecto del resveratrol en personas diabéticas, que debido a su condición de salud no pueden hacer ejercicio. El equipo de investigadores espera que este componente mejores el funcionamiento de su corazón, tal como si ejercitaran con frecuencia. El resveratrol es también un probado anticancerígeno.


martes, 6 de mayo de 2014

El corazón y el vino tinto

Las enfermedades cardíacas encabezan la lista de causas de muerte en todo el mundo, con 17 millones de fallecimientos al año. De ahí que existan tantos remedios, dietas, medicamentos y estudios para protegerse de este padecimiento, por lo general, resultado del estrés y la mala alimentación de la vida moderna.
Vino Tinto y el Corazón


Es un remedio ampliamente conocido que una copa de vino tinto al día ayuda a proteger el corazón. Hay doctores que lo recomiendan y pacientes que, felices, acatan la regla. Al grado que es común escuchar que la dosis va en aumento: ahora se recomiendan dos o hasta tres copas de vino al día.

Una o dos copas vino diariamente


EL vino Tinto contiene polifenoles, entre los que se encuentran los flavonoides. Estos han sido constantemente utilizados en experimentos e investigaciones sobre problemas cardiovasculares. También tienen otros efectos benéficos para el organismo. Sin embargo, para la ciencia, su efectividad aún es cuestionable.

La uva

El vino tinto tiene un ingrediente fundamental: la uva. Esta fruta dulce y pequeña existe en cinco especies distintas, que dan a más de 200 variedades de vino, 106 tintos y 130 blancos.

Es rica en hierro, potasio, calcio, silicio, fósforo, magnesio, zinc, boro, taninos, vitaminas A, B1, B2, B6 y vitamina C. Esta última juega un papel importante en la regeneración de las arterias y crucial en el cuidado de la salud del corazón.


Los beneficios del resveratrol

Los polifenoles se dividen en taninos, ligninas y flavonoides. La presencia de taninos es la que le da el sabor seco a los vinos y está más presente en las variedades Cabernet Sauvignon, Syrah, Malbec y Pinot Noir.

Entre los polifenoles, el que se considera más importante es el resveratrol, una sustancia que produce la uva para protegerse de agentes externos, entre ellos microorganismos e insectos, así como de circunstancias adversas como la exposición a rayos ultravioletas y a altas temperaturas.

Por eso se cree y ha ocurrido así en estudios in vitro, que el consumo de esta sustancia puede
asistir al cuerpo con sus cualidades antiinflamatorias  y reforzamiento del sistema inmune.

El resveratrol ha sido relacionado con el cuidado de las arterias coronarias e incluso con la prevención del cáncer. También se cree que mejora la coordinación motora -naturalmente, en consumo moderado-, ayuda a la salud ocular y asiste en el proceso de calcificación de los huesos.

Sus cualidades antioxidantes también ayudan a combatir la arteriosclerosis. Estudios recientes han tratado de encontrar una relación entre el consumo de vino y el Alzheimer, pues al parecer los que lo consumen regularmente tienen menos posibilidad de sufrir esta enfermedad. Es posible que se deba a que combate los radicales libres que destruyen la mielina de las neuronas.

Controversia

Las bondades del vino han sido comprobadas en laboratorio, pero se ignora si las características de los flavonoides se repiten en el organismo. Aún así, el vino tinto es ampliamente recomendado
y hay datos que soportan su consumo.

Uno de ellos es la conocidad como "paradoja francesa", que señala que los franceses, cuya dieta es rica en grasas saturadas y colesterol, tienen menos incidencia de problemas cardiacos. También se asegura que los pacientes que han sufrido un ataque cardiaco y beber vino tinto regularmente, tienen hasta 50 por ciento menos de probabilidad de sufrir un segundo ataque.

Otros usos del vino

El vino tinto es un buen revitalizante después de una larga convalecencia. Media copita de vino en personas que salgan de una enfermedad, que hayan sufrido fiebre o anemia, ayudan a la recuperación.

Tambiénse puede utilizar el vino como desinfectante bucal, en infecciones de boca y garganta. Aquí puede ser usado incluso por niños, siempre que se hagan gárgaras y eviten tragarlo.

También se recomienda incluir vino tinto en las dietas enfocadas a reducir los niveles de colesterol en la sangre. Al parecer, evitan su oxidación y en consecuencia la formación del llamado "colesterol malo".

Ayuda a bajar niveles de colesterol

En la tradición oriental, los frutos rojos activan el sistema circulatorio y dan energía al corazón y al intestino delgado. Emocionalmente, están relacionados con la alegría, la risa, el entusiasmo. Si incorporas el vino tinto a tu dieta regular no olvides de hacer ejercicio y mantener tu corazón activo: ríe con frecuencia. De lo contrario, eres más susceptible a los efectos nocivos de este remedio natural.